jueves, 5 de abril de 2012

Yo soy rielera y tengo mi Juan...

 “Para corregir cualquier agravio, llévele una torta de Don Flavio”

Pues oficialmente comienza este proyecto, voy a contarles de "La Rielera" o "Las tortas de don Flavio" como muchos la conocemos. Don Flavio Zanatta (QEPD) comenzó con este negocio en 1948 en Peñuela, Veracruz (Saliendo de Córdoba por la Carretera federal a Veracruz pasando la vía del ferrocarril) y ahí ha seguido, es toda una tradición y puedo comentar que en casi 20 años que llevo de ir a comer mi torta de jamón con queso no me ha tocado ir una sola vez sin que haya al menos otros 2 comensales. Además de ser una recomendable "desviación" cuando se viaja por la autopista de Veracruz a México (la desviación está señalizada).

Peñuela (Localidad del municipio de Amatlán de los Reyes) , uno de los lugares que uno ve como "la salida de Córdoba" sin embargo hay muy buenos trabajos de carpintería en este lugar, ya no tanto como en algún tiempo los hubo, pero encuentras las tan típicas mecedoras tejidas, sillas, comedores, vitrinas y demás mobiliario en cedro, roble y/o caoba que dura años y años. 
Rodeado de zonas cañeras, al bajar del auto en esta temporada se puede ver en el suelo "tizne" o cenizas de la caña que vuelan con el viento después de la zafra, y ¿qué es eso? bueno, es cuando se queman los cañaverales para cosechar, esto se hace para que se vayan las víboras y demás animales que pueden ser peligrosos para quienes colectan las cañas además de "quitarle lo correoso" y con esto facilitar el trabajo de los colectores.

Sé que muchos tienen vivencias en este lugar, pero contaré la mía, cuando era pequeña mi mamá, mis hermanas y yo acompañábamos a mi papá a Córdoba a vender al mercado, no era de las cosas más divertidas que recuerdo, pero de regreso pasábamos a comer "tortas con don Flavio" y yo, vivía engañada, pues siempre que llegábamos mi papá decía que íbamos a comernos "una tortuga" a mí me espantaba la idea de comer tortugas, por eso me conformaba con una torta de jamón y queso (jajaja, ingenua de mí).

 Cuando tenía 4 años me caí de la cama, mi mamá me levantó y al otro día casi se desmaya cuando le dije "Mami me pegué tan fuerte que hasta se me perdieron mis dientecitos" le sonreí y todos los dientes frontales superiores estrellados, luego de eso usé placa hasta que nacieron mis dientes permanentes, mi gusto era espantar a la gente enseñándoles que "me podía quitar mis dientecitos" hasta que un día llegué con Don Flavio (QEPD), le mostré mi plaquita y sorpresa! Don Flavio puso su placa (completa) sobre la mesa, de ahí en adelante cada vez que pasaba a comer tortas se acordaba de mí y los ojos que abrí cuando se quitó todos los dientes.

Dejé de ir mucho tiempo, y hace cerca de 3 años que volví a pasar, me enteré que Don Flavio ya había fallecido, pero afortunadamente el negocio sigue, atendido por su familia y con el mismo sabor que tanto me recuerda los días de venta en el mercado, un lugar totalmente recomendable, con aire de antaño, lleno de letreros, fotos e imágenes de quienes han "roto record" en consumo de tortas y jarochitos o compra de tortas para llevar, con una atención totalmente personalizada, rápida y muy amable, el mobiliario detrás del mostrador es original (excepto por los refrigeradores). Toda una experiencia, con el pequeño detalle del paso del tren, que puede ser un poco molesto por el ruido, pero finalmente es parte importante del lugar.  pero regresar tras tanto tiempo y con mi Juan me recuerda que algo de especial tiene ese lugar y que es digno de compartirse (aparte de las tortas tan buenas).

Ya saben, comentarios, aportaciones, reclamaciones, anécdotas acá abajo que a todos leo.