La vida es un viaje y cada uno elige el camino, o el camino elige a uno? Quien sabe, el punto es que esta forma de vivir me ha enseñado a extrañar con todas las fuerzas, y tal vez sea parte de crecer, dejar algo tuyo y llevarte algo de otros.
Hoy sé que el tiempo es oro, y tengo una unidad de medida más subjetiva, mi tiempo se mide en sonrisas espontáneas, en comidas compartidas y pasitos logrados, mi tiempo se ve pasar más claramente mientras mi semillito va creciendo y me siento orgullosa al saber que está bien, y me siento asustada al pensar que algo pudiera pasarle pero más que en cualquier viaje me emociona saber que tiene tantas cosas por descubrir y que tenemos oportunidad de apoyarle.
La vida es un viaje, y a veces hay que jalar carreola y pañalera para que valga la pena. Por si se lo preguntan, no nos hemos quedado quietos, pero al disfrutar el camino pocas veces me detengo a escribir de él.
Ahora tengo que conocer más historias para poder contarle, vivir más anécdotas para poder compartirle experiencia y entender un poquito mejor del mundo pues sé que tendrá muchas dudas en las cuales esperó guiar correctamente su curiosidad de tal forma que no se estanque y que podamos seguir explorando caminos.
El mundo es tan distinto ahora!