domingo, 4 de julio de 2021

Áriles y más ariles


 Noto lo repetitivo, noto lo constante y noto los ariles, así como veo momentos que se revelaron antes de llegar, noto mi falta de constancia y seguimiento a una ruta. Este ejercicio de escritura improvisada, de dibujo, de sentires y pensares al viento y su música, con los colores y sabores que percibo sin percibir y que mezcló cuando al parecer eso no es posible.

Siguen aquí, nunca se han ido, sigue esta luz que no sé bien de dónde viene, noto una raíz que se cortó y no sé por qué o para qué pero grita porque la vea, porque la escuche y transmita lo que me quiere mostrar, pero no la veo, no sé revela aún, no sé cuando lo haga y a veces me desesperanza.

La noto en el viento en días de lluvia, la percibo en el contraste de cañaverales, montañas y el gris azulado de la tormenta cuando se acerca, la escucho en la brisa, en la guitarra, en el viento... La siento en los hilos, en los colores y texturas de los tejidos y bordados que trabajo. Casi la veo en mis caminos y travesías y sin embargo no la reconozco, no sé dónde más buscarla o si se vuelva a presentar.

Hace 9 años la noté muy cerca, fue tan fuerte que parecía un sueño despierta, un aril, que al parecer no fue mutuo y de serlo no esperé a averiguarlo, algo del espíritu reclama no tanto al sentimiento como a esa conexión reconocida y escondida por mí y a mí. Una tarde, un camino, aquella lluvia, la misma luna pero otra realidad, tan ilusoria que al tratar de volver a tocarla ya se había evaporado.

Y ahí sigue esa esencia, cercana, cuidándome, susurrando por donde ir sin mostrarse y al mismo tiempo en todo. Constante aunque quien soy hoy nada tiene que ver con aquella que fui y dudo que con quien seré. 

jueves, 3 de septiembre de 2015

Yo por tí llevó en el alma un sol...

Tras poco más de 2 años de ausencia, heme aquí, como agente de viajes, madre, hija, esposa y muchas otras cosas que no creí ser tan pronto.

La vida es un viaje y cada uno elige el camino, o el camino elige a uno? Quien sabe, el punto es que esta forma de vivir me ha enseñado a extrañar con todas las fuerzas, y tal vez sea parte de crecer, dejar algo tuyo y llevarte algo de otros.

Hoy sé que el tiempo es oro, y tengo una unidad de medida más subjetiva, mi tiempo se mide en sonrisas espontáneas, en comidas compartidas y pasitos logrados, mi tiempo se ve pasar más claramente mientras mi semillito va creciendo y me siento orgullosa al saber que está bien, y me siento asustada al pensar que algo pudiera pasarle pero más que en cualquier viaje me emociona saber que tiene tantas cosas por descubrir y que tenemos oportunidad de apoyarle.



La vida es un viaje, y a veces hay que jalar carreola y pañalera para que valga la pena. Por si se lo preguntan, no nos hemos quedado quietos, pero al disfrutar el camino pocas veces me detengo a escribir de él. 

Ahora tengo que conocer más historias para poder contarle, vivir más anécdotas para poder compartirle experiencia y entender un poquito mejor del mundo pues sé que tendrá muchas dudas en las cuales esperó guiar correctamente su curiosidad de tal forma que no se estanque y que podamos seguir explorando caminos. 

El mundo es tan distinto ahora!

domingo, 28 de julio de 2013

El sol pinta el paisaje con tintes de oro viejo...

Luego de un ratito sin escribir, vamos a darle un giro a este asunto.

Al parecer me estaba encasillando en el "turismo"... y creo que dejé de lado la parte romántica de los viajes. Y no me refiero a esto de ir con alguien y recorrer el mundo, hablo de esa especie de romance que se tiene cada vez que llegas a un lugar nuevo, a recorrer sus calles o veredas, al observar su gente y sus costumbres, al comparar consciente o inconscientemente todo lo que ves y experimentas con lo visto y experimentado en otros momentos y la magia que todo esto trae consigo, ya sea que te guste o no el lugar.

Eso que en gran parte me motivó a escribir aquí y que sin darme cuenta oculté a todo lector, una disculpa escasos lectores de este cachito en internéh, el punto es que tras analizarlo caí en cuenta de lo monótono de todo el blogg, y de que se perdió el interés por enamorarles de cada lugar, se volvió un poco más un espacio de crítica que de invitación a conocer y esa no era la idea, así que para cambiar la situación vamos a platicar de Tlacotalpan.


¿CÓMO LLEGAR? Desde el puerto de Veracruz la vía que recomiendo es por Boca del Río, como para evitar perderse en desviaciones, salen de Boca del Río, cruzan el puente (donde está la desembocadura del río, vaya que nos matamos para poner nombres) y aquí hay de 2 o toman hacia Anton Lizardo y se van por toda la orilla de la playa (recomendado cuando tienen tiempo y salen a buena hora porque la carretera está algo solitaria de noche y se tardan como 1 hora más) o se siguen a Paso del Toro (20 km aprox)y se desvían hacia la izquierda en la "Y"(i griega, pa' los que no conocen) pasan a un lado de Alvarado y de ahí encuentran señalamientos hacia Tlacotalpan (aproximadamente son 2:30 horas desde Boca del Río. 


NO RECOMIENDO IR: en época de lluvias o temporada de huracanes, por la tarde-noche (está a la orilla del río Papaloapan, la hora del mosco empieza cuando el Sol comienza a bajar), el primero de enero ni el 25 de diciembre, ya que casi todo está cerrado. En fiestas de la Candelaria, si el plan es conocer Tlacotalpan y su ambiente de provincia, son las peores fechas porque cierran las calles, hay demasiada gente y alcohol y el ambiente tranquilo de "el pueblo" se desaparece en un 90%.




¿CUAL ES LA MAGIA?: De inicio, la arquitectura, las calles, los arcos, los parques, el quiosco, los cafés, los museos, todo (excepto por las bocinas que llegan a poner) te lleva a pensar en la ciudad en otras épocas, pues todo recuerda a un puerto de siglos pasados. Entrar a los negocios y ver los muebles, ver la forma artesanal en que aún se elabora mucho del pan, los dulces e incluso las nieves. Escuchar a los jaraneros en los restaurantes y las tan tradicionales coplas compuestas, que van improvisando, porque probablemente no lo sepan, pero en este lugar se hace un duelo de jaraneros (durante las fiestas de la candelaria), donde se pone a prueba tanto el talento con la jarana, guitarra y arpa como la audacia para improvisar y armar coplas.


Su gente: A diferencia de otros lugares, en Tlacotalpan la gente sigue siendo muy abierta al visitante, y basta con que digas que conoces a alguien que vive en el lugar para que te cuenten un montón de historias de esa persona o de su relación, pues de una u otra forma todos se conocen, o tienen algo que ver, no me pregunten cómo funciona pero así es en la mayoría de los casos, porque cuando no se conocen seguro tienen al lado a alguien que sí y se preguntan y se hacen unas platicas bien entretenidas. Lo mismo si no conoces a nadie y se te ocurre preguntar por lo que ha pasado Tlacotalpan te cuentan lo que han vivido, lo que vivieron sus padres lo que les contaban sus abuelos, cómo llegaron sus familias, en fin, es de esa gente interesante que te hace enamorarte más allá de lo visible del lugar. Y todo esto te lleva a interesarte en su historia y entender porqué se volvió una de las ciudades "patrimonio cultural de la humanidad" por la UNESCO.

Es un hermoso lugar para un fin de semana, lo mismo se puede pasar el día conociendo la casa museo de Agustín Lara, el teatro Nezahualcoyotl, el museo Salvador Ferrando, conociendo acerca de la confección y simbolismo del traje de jarocha, escuchando jaranas, degustando toritos (bebida alcoholica típica de Veracruz), comprando artesanías o comiendo mariscos. Muy recomendado para viaje de descanso y desestress de la vida diaria, además de que por tiempo y dinero no es tanta la inversión pues en el lugar hay diferentes tipos de hoteles que se ajustan a los gustos y presupuestos de diferentes tipos de viajeros, obviamente no cuentan con todas las comodidades de un hotel de cadena de puertos turisticos, pero no se necesita alberca o internet en tods partes cuando se tienen tantas calles pintorescas para conocer.

http://www.youtube.com/watch?v=nUdvGHNrftM